NAD, o Nicotinamida Adenina Dinucleótido, es una molécula crucial en nuestro cuerpo que juega un papel vital en numerosos procesos celulares.
¡Imagina que NAD es como una chispa que mantiene encendido el motor de cada una de tus células! Es esencial para convertir los alimentos que comemos en energía, reparar el ADN dañado y regular las respuestas celulares al estrés.
El NAD actúa como un catalizador esencial en el proceso de metabolismo celular, facilitando la conversión de nutrientes en ATP (Adenosín trifosfato), la fuente energética de las células. Por ejemplo, durante el ejercicio físico, el NAD ayuda a transformar la glucosa y los ácidos grasos en la energía necesaria para la contracción muscular.
El NAD desempeña un papel crucial en la reparación y mantenimiento del ADN. Funciona activando enzimas que detectan y reparan daños en el ADN, previniendo así mutaciones genéticas y manteniendo la integridad celular, con el fin de prevenir el envejecimiento celular prematuro y ciertas enfermedades.
El NAD interviene en la regulación de procesos celulares fundamentales, incluyendo las respuestas al estrés. Actúa modulando la actividad de proteínas clave que controlan procesos como la respuesta inflamatoria y defensa antioxidante, asegurando una respuesta celular óptima a diferentes estímulos ambientales.
En estas fases de la vida, el cuerpo mantiene niveles óptimos de NAD, lo que se traduce en una alta eficiencia en procesos de crecimiento celular, reparación y regeneración. Esto explica la rápida recuperación y el alto nivel de energía observado en niños y adolescentes.
Con el avance de la edad, se observa una disminución progresiva en síntesis de NAD. Esta reducción impacta negativamente en la eficiencia energética de las células y su capacidad de reparación del ADN, contribuyendo a los procesos de envejecimiento y a una menor resiliencia frente a daños celulares y estrés oxidativo.
No hay una edad específica para comenzar la terapia NAD, pero se vuelve particularmente beneficiosa a medida que naturalmente disminuyen los niveles de NAD en el cuerpo. Esto suele ocurrir a medida que envejecemos, especialmente a partir de los 40 años. Sin embargo, la terapia NAD también puede ser útil en adultos más jóvenes, especialmente aquellos con estilos de vida muy exigentes, altos niveles de estrés o para mejorar el rendimiento cognitivo y físico.
La terapia NAD puede ser una herramienta poderosa para mantener la vitalidad celular, mejorar la energía, el bienestar general y apoyar la salud conforme envejecemos.
Primero, te acomodas en un cómodo sillón en un ambiente tranquilo, así que puedes leer, escuchar música o simplemente relajarte.
Uno de nuestros médicos revisará tu historial clínico y te explicará cómo funciona la terapia. Es un buen momento para hacer cualquier pregunta que tengas.
Luego, con cuidado, te colocaremos una pequeña aguja en una vena, generalmente en el brazo. Esto está conectado a la bolsa que lleva la solución de NAD+.
Una vez que el IV está en su lugar, comenzamos lentamente a administrar la solución NAD+. generalmente durante un par de horas, para que tu cuerpo lo asimile y absorba correctamente.
Mientras recibes la terapia, puedes seguir relajándote. Algunas personas sienten una sensación de calma y bienestar durante el proceso.
Una vez que la terapia ha terminado, retiramos el IV. Te sentirás normal y podrás continuar con tus actividades diarias sin problema.
Te daremos recomendaciones para después de la terapia y poder programar sesiones futuras según tus necesidades.